Si acabas de estrenar casa nueva y hasta ahora no has tenido ningún tipo de problema, te avisamos, ya está aquí el otoño y con él las deseadas lluvias. Es el momento de poner a prueba los materiales y las técnicas de construcción empleadas en tu vivienda de obra nueva. Vamos a ver hasta qué punto han cumplido la memoria de calidades o han impermeabilizado tu fachada.
Las viviendas, durante esta nueva época del año, pueden sufrir hasta un cuarenta por ciento más de humedades que en primavera o verano. En base al motivo que las ocasione, las humedades pueden clasificarse en tres tipos distintos:
- Por condensación: Son humedades que se producen por un exceso de vapor en el interior del inmueble.
- Por capilaridad: En este caso, el agua acumulada en el terreno asciende por las paredes de la vivienda.
- Por filtración: Aparecen cuando la humedad ambiente se filtra en el edificio, a través de los muros, en garajes, sótanos y plantas bajas.
Las primeras son las más habituales de las tres cuando aumenta la frecuencia de lluvias.
Al contrario de la humedad por filtración, esta patología es debida a una excesiva impermeabilización de la obra como consecuencia de la hermeticidad de las puertas, ventanas y carpinterías en general, a la obstrucción de la transpiración apropiada en las paredes, a la falta de ventilación y, por encima de todo eso, a las actividades rutinarias de una casa como ducharse, lavar ropa, cocinar, planchar… que aumentan la proporción de vapor en su interior provocando que se condense la humedad.
Los efectos directos de este tipo de humedades son la aparición de moho y hongos en techos, paredes y esquinas; ventanas y espejos empañados; puertas hinchadas, muebles dañados y lo que es peor aún, peligro de que afecte a la instalación eléctrica de la vivienda.
Por detrás de este tipo de humedades aparecen los casos de humedades por capilaridad. En poco tiempo, el terreno en el que se asienta tu edificio se empapará con la lluvia y sus muros absorberán el agua como si de una esponja se tratase. Como consecuencia de ellos, las humedades pueden llegar a alcanzar hasta un metro y medio de alto en las paredes de la vivienda.
Por todo ello, es importante que no pierdas tiempo y tomes las medidas oportunas para subsanar los defectos detectados. Al ser defectos que inciden directamente en la habitabilidad del edificio, dispones de hasta 3 años de garantía desde la fecha en que se finalizó la obra para poder reclamar si aparecen.
¡Ojo! Las humedades deben aparecer dentro del periodo de 3 años desde que se terminó la obra y una vez que aparecen, tendrás 2 años para reclamarlos.
Es importante que documentes las humedades descubiertas con fotografías y que solicites los servicios de un perito que pruebe el origen de dichas humedades. Con todo ello, notifica a la promotora y resto de agentes intervinientes en la obra, el defecto descubierto mediante un burofax.
Si éstos hiciera caso omiso o no subsanaran definitivamente los defectos descubiertos, ponte en contacto con nosotros y defenderemos tus derechos. Si sois una comunidad de vecinos afectados por el mismo problema de humedades, no pagaréis nada si no ganamos vuestro caso.